Todo viaje trae consigo un sinfín de sensaciones y experiencias, pero estas varían según el medio de transporte. Cuando se hace por avión, el significado es otro. Lo que se ve, lo que se huele e incluso las mismas personas, son diferentes. No estamos inmersos en nuestros pensamientos, sino que por el contrario, estamos pendientes de todo lo que compone el avión.
El diseñador Keith Lovegroove, expone en su libro Airline: Style at 30,000 Feet (publicado por la editorial Laurence King), el encanto, glamour, y a veces diversión, que traía viajar en el siglo pasado. No era la simple experiencia de atravesar un lugar y llegar a otro. No. Era la experiencia de deleitarse con cada detalle y sentir, la mayoría de las veces, que literalmente se estaba en las nubes.
Lovegroove plantea esta idea con una diversidad de fotografías que parecen sacadas de una película antigua. Retratan aspectos tan relevantes en este tipo de viaje como la moda, el interior, la comida y la marca. Exponen personajes destacables como las azafatas, quienes parecían damas perfectas tanto emocional como físicamente con su ropa impecable y llena de estilo. Además, el deleite por “la primera clase” y sus ambiciosos espacios llenos de cualquier comodidad, pero siempre exuberantes y lujosos; y hasta la comida, que siempre es los más esperado por cualquier pasajero.
Pero además de ser un libro visual, Lovegroove va más allá mostrando el desarrollo de las aerolíneas a partir de una serie de anécdotas y pequeñas historias. También, con la exposición de afiches publicitarios de varias aerolíneas, el libro logra hacer una exposición de la vida cotidiana de ciertas épocas con un equilibrio visual y textual. Sin duda, al igual que un viaje en esa época, todo un deleite tener ese libro en las manos.