En los días del principio inicial, de la nada, de la página en blanco y del momento de creatividad generadora sólo existía una página en blanco. Ese monumento de silencio, ha aturdido a todos los genios del arte y de las letras, enfrentando el conocimiento y la creatividad a un espacio inmenso que supone un reto de igual naturaleza. La primera línea sobre la hoja en blanco puede ser entonces un arma de doble filo, un ardid fluctuante que compite con el espacio mismo. Sin embargo, la reflexión de Villegas llevó su obra a un momento anterior y logró convertir el soporte mismo en espacio de creación.
El Big Blank y sus referencias astronómicas y cosmográficas reta al espacio mismo y convierte la hoja en blanco en un objeto de expresión simbólica que se transforma en un signo literal. Ese trabajo inminentemente deconstructivo lleva al espectador al momento límite en el que el material ya no soporta una tensión más y explota en partículas -acaso sub atómicas- para demostrar que el mundo está conectado de maneras obvias que muchas veces desconocemos.
Nuevamente el recorrido nos lleva a la ilusión y presenta un objeto irreal. Sin embargo, la presentación minimalista y estética del conjunto hace que toda la experiencia sea dinámica y comprensible. El hilo conductor de la propuesta de Camilo Villegas vuelve a una caja contenedora que, luego de haber viajado por el cosmos y reconocido sus partículas, guarda en ella misma la escencia de sus preguntas.
Galería El Desborde
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Hasta el 11 de octubre de 2012