11.04.2025
Reflexiones tras la 15º Bienal de La Habana
Por Mariella Sola
Hay una cierta coherencia conceptual que ha definido a La Bienal de La Habana desde que se gestó en 1984 y que la posicionó desde su creación como la primera muestra de arte contemporáneo que logró establecerse a contracorriente de un determinado espectro hegemónico, fuera del eje Europa/Estados Unidos, ofreciendo una plataforma internacional portadora de la voz creativa y reflexiva de artistas de países periféricos y de discursos disruptivos. Si bien, luego, la Bienal fue ampliando su espectro hacia otros países y horizontes, sus líneas conceptuales nucleares se han mantenido, lo que le ha permitido mantener su especificidad.
La Plataforma Conceptual para esta Bienal ha sido propuesta desde un alejamiento de los modelos hegemónicos para dar luz a procesos artísticos donde las redes afectivas pudiesen poner en valor proyectos interdisciplinarios y sistemas de colaboración con las comunidades locales.
Desde hace años que estoy desarrollando proyectos en Cuba y, si bien suelo tener una cierta libertad al momento de elegir las estrategias que voy a usar en mis procesos de creación, he mantenido una suerte de fidelidad a las líneas de trabajo que dan luz a mi obra. Esto se traduce en un esfuerzo por expandir los límites de mi práctica artística y en reactivar la función social del arte a través de la creación de proyectos híbridos y contextuales. La inclusión de tramas colaborativas es, también, una constante: el arte deja de ser un objeto para transformarse en un proceso. Reflejo de ello, desde 2004 he realizado varias instalaciones interactivas en el espacio público, y proyectos colaborativos en contexto. En ese sentido, tanto mi práctica artística como el proyecto interdisciplinario Relatos Breves se encontraban en sintonía con los lineamientos curatoriales de la 15ª Bienal de La Habana.
Gestado desde el corazón de la plataforma conceptual de la 15º Bienal de La Habana, el proyecto expositivo Estrategias para el Buen Vivir fue creado y curado por la subdirectora de la Bienal y del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam: Lisset Alonso.
Privilegiando ecosistemas afectivos para el cuidado y la preservación de la vida, Lisset Alonso busca con su proyecto hacer visibles aspectos que trasciendan lo meramente formal o estético para promover la empatía y la sanación colectiva a través de la escucha activa. El descubrimiento del otro por medio del rescate de la historia y de la memoria de los territorios son otras de las Estrategias para el Buen Vivir de Lisset. También, ella propone fortalecer estructuras ciudadanas, dando visibilidad a las iniciativas autogestionadas y generando espacios de horizontalidad desde lo cotidiano.
El proyecto Relatos Breves se integra en la dinámica propuesta por Lisset de manera totalmente orgánica. Por una parte, nace como un proyecto contextual anclado en un territorio muy específico: San Agustín, un reparto periférico semirural de La Habana. Pero también surge como un intento en dar respuesta a ciertos cuestionamientos válidos en un mundo cada vez más distópico, donde la crisis global me interpela a repensar constantemente el modo de posicionarme como artista: ¿qué nuevos sentidos puede tener la práctica artística en este contexto?, ¿cómo crear nuevos paradigmas que integren los poderes regenerativos de la naturaleza al discurso estético?
Con un acercamiento transversal del territorio y un modus operandi basado en un arte del diálogo, el proceso creativo opera como un catalizador para dar luz a una arquitectura donde las interacciones con quienes formaron parte de este proyecto en su contexto social y en tiempo real adquieren su forma y devienen cuerpo de obra.
El valor documental de Relatos Breves nace de este trabajo relacional y le da su peso específico a esta investigación audiovisual de carácter híbrido que articula, no solamente diferentes modalidades audiovisuales y textuales en su construcción, si no un tejido social que va dando cuenta de un patrimonio inmaterial subyacente en estrecho vínculo con una cosmovisión ancestral en torno a las fuerzas y misterios de la naturaleza.
Dando forma a esta investigación desde la plataforma artística y siendo un proyecto interdisciplinario e híbrido en su formato, su dispositivo instalativo ha integrado fotografías, dibujos, objetos, el video-retrato Diosne, relatos y un libro.
Las plantas emergen como objetos preciados, como seres vivos y espirituales, anclados en este Herbolario íntimo que es el libro Relatos Breves. Una dialéctica que va desde la vida de las personas hacia las plantas medicinales o mágico-religiosas, y desde las plantas hacia la vida. Diosne, con sus plantas medicinales asociadas a la historia de Cuba y al proceso de alfabetización, del cual ella formó parte; las plantas mágico-religiosas, desde la tradición afro-yoruba, con Hidekel; las semillas y las plantas para alimentar ecológicamente a los animales gracias a Homero, y los procesos de transformación en el caso de Eddy con sus licores destilados de plantas medicinales y frutas.
El libro Relatos Breves es una parte esencial de este proyecto, gracias a sus relatos testimoniales, sus fotografías y dibujos viene a revitalizar un cierto conocimiento ancestral oral amenazado por algunas de las fuerzas fagocitarias de la globalización, y se ofrece como un objeto de transmisión .
Este proyecto, responde también, a un interés en retratar modos de vida alternativos, vividos con pasión, en un contexto marcado por crisis y carencias materiales, pero donde los nexos comunicacionales con los otros y con la naturaleza tienen una gran fuerza y valor.
El tema de la transversalidad siempre ha estado presente en mi trabajo y en Relatos Breves lo está particularmente. Este proyecto no solo se presentó en instituciones de relevancia como la Fototeca de Cuba, el Centro Cultural La Moneda, Matucana100 o el Gam en Chile; también fue difundido en la provincia de La Habana y en los colegios rurales de la comuna de San José de Maipo en Chile. La Bienal de la Habana fue un etapa necesaria e importante en este movimiento transversal de circulación.
Lo Sublime/La Sublevación y Franja Blanca en una Bienal Expandida
Desde 2015, la Bienal de La Habana supo cambiar su formato, en el sentido de que se convirtió en un acontecimiento en expansión, tanto en el tiempo como en sus dimensiones geográficas. Supo adaptarse a las contingencias que imponía el contexto y comprender, también, que era importante la descentralización de la misma para llevar este movimiento creativo a otros sectores y a otras ciudades.
He tenido una presencia muy activa en la subsede de la Bienal en la ciudad de Matanzas, donde existen dos proyectos curatoriales de los que he formado parte. Uno de ellos es Ríos Intermitentes, creado en 2019 por la artista María Magdalena Campos Pons, donde presenté Lo Sublime- La Sublevación. Un proyecto que se desarrollará en dos etapas y que pretende dar visibilidad, desde una nueva perspectiva, a los importantes procesos de sublevación de esclavos que tuvieron lugar en Matanzas y al músico José White, hijo de esclava liberta que llegó a ser reconocido internacionalmente. Su música y vida fueron su sublime rebelión.
Resultado de una primera etapa investigativa en los archivos históricos, nació una intertextualidad visual donde se integran imágenes que he ido recopilando en torno a los procesos de esclavitud y sublevaciones, con dibujos que he ido realizando a lo largo de este trabajo. Un modo de recontextualizar la historia y sus dinámicas de resistencias, en el complejo contexto actual que vivimos como humanidad globalizada, con sistemas de dominación cada vez más sutiles y tecnológicos: el gran panóptico virtual.
El resultado de este trabajo se expuso en los muros exteriores del Museo Provincial Palacio de Junco de Matanzas, estableciendo un diálogo con su sala de exhibición, donde se encuentran, entre otros objetos históricos, grilletes y uno de los cepos originales que aún conserva Cuba.
También, participé con Franja Blanca en el proyecto Cuerpos Integrados, formando parte del colectivo de artistas mujeres creado por la curadora y artista Helga Montalván. Franja Blanca es un proyecto en curso conformado por una serie de microvideos híbridos, experimentales y performativos que indagan de manera introspectiva y personal en la microecología, entendida como un sistema de relaciones que establecemos con el espacio y el medioambiente.
En Franja Blanca se entrelazan los registros audiovisuales que dan cuenta de la fuerza de las montañas del Valle del Maipo, con instalaciones luminosas in situ, animaciones de dibujos en tinta y actos performáticos cercanos a la danza: una búsqueda de una nueva semántica que se potencie a partir de este cruce de lenguajes. La creación in situ de una instalación luminosa viva, pues es además el invernadero donde siembro y cultivo mi huerto, me posibilita un marco para conectar el acto artístico con los secretos de lo natural, del crecimiento y de la regeneración. Es también una suerte de ritual contemporáneo, un espacio dialéctico, donde el cuerpo de la artista y las fuerzas de los elementos buscan una nueva síntesis.
Franja Blanca obtuvo el Primer Premio The One Minutes International Competition 2022 en China, en colaboración con Shanghai Media Group, Art and Documentary Channel y The One Minutes Foundation, Holanda.
Franja Blanca comparte con Relatos Breves, de modo diferencial, ese intento en la creación de nuevos paradigmas desde una estética híbrida y que integre los poderes regenerativos de la tierra.
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Relatos Breves ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura, del Centro Nacional de las Artes Plásticas CNAP y de la Embajada de Chile en Cuba. Ha sido financiado gracias a la adjudicación del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes FONDART (Convocatoria 2022) para lo que fue la impresión del libro y (Convocatorias 2023-2024), para la circulación de obra internacional, para su presentación La Fototeca de Cuba y en la XV Bienal de la Habana.
Para ver los videos y el libro relatosbreves.com