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Notas sobre la 15 Bienale Habana 2025

10.04.2025

Por Lisset Alonso Compte, Curadora.

Luz María Bedoya (Perú), Todos los faros de la Costa Peruana (Intervención en el Embarcadero de la Lanchita de Regla).

La 15 edición de la Bienal de La Habana se desarrolló entre el 15 de noviembre de 2024 y el 28 de febrero de 2025 en La Habana, Cuba, pero también se expandió a otras provincias de la isla caribeña como Pinar del Río, Matanzas y Holguín donde tuvieron lugar proyectos liderados por artistas y gestores locales. Durante este período se vivió un momento de efervescencia creativa que se vio reflejado en el extenso programa del evento donde se cuentan más de 200 exposiciones, decenas de talleres, conferencias y otras actividades de corte participativo y pedagógico dirigidas a públicos muy diversos, incluyendo niños y personas con necesidades especiales.

Moritz Neumüller (Austria), ArteConTacto . Exposición Pequeñas historias sin nombre (Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam).

La Bienal, además, se propuso traspasar las fronteras físicas de los espacios tradicionales de exhibición y llevar el arte al encuentro de la gente, logrando un fuerte impacto comunitario y transformando el entorno urbano con la realización de murales y otras intervenciones a gran escala en la ciudad. Más de 250 artistas internacionales y 150 cubanos se dieron cita durante estos tres meses y medio, algunos de forma presencial, otros únicamente a través de sus obras, para sumarse a un evento que por su carácter popular se encuentra a medio camino entre una Bienal y un festival de arte.

A propósito de la culminación del evento, dialogo con EXCLAMA sobre algunas de las cuestiones fundamentales que definen a esta Bienal y sus proyectos curatoriales.

  1. La Bienal de La Habana siempre ha priorizado la experimentación, la investigación y el arte en diálogo con el entorno social y político y las narrativas del Sur Global. ¿Cómo se articula esta edición 15 con los desafíos y transformaciones actuales en el panorama artístico y social de América Latina?

La 15 edición de la Bienal, que adicionalmente celebra su cuarenta aniversario, vio la luz bajo el lema “Horizontes Compartidos”. Esta frase fue un llamado a la unidad en la diversidad, a privilegiar aquello que nos une como humanidad y a volcar los esfuerzos en la construcción de un futuro más justo, equitativo e inclusivo. Estas ideas, contenidas en la plataforma conceptual del evento, reflejan una postura clara frente a lo que considero uno de los mayores desafíos que actualmente enfrenta tanto Latinoamérica como el resto del mundo,  y es esa necesidad, cada vez más apremiante, de llegar a acuerdos duraderos para garantizar la continuidad de la vida en el planeta. 

Jorge Pineda, Postales de la felicidad. Exposición Pequeñas historias sin nombre (Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam).

De forma explícita e implícita la Bienal ha expresado su postura decolonial y su interés por poner en valor otros saberes y alternativas de futuro que se posicionen activamente frente a la actual crisis social y medioambiental. En este sentido, la curaduría ha privilegiado y puesto en valor proyectos artísticos socialmente comprometidos que puedan generar, o que ya están generando, cambios positivos dentro de sus espacios de interacción, ya sea en el ámbito comunitario o académico. Vale destacar, en este sentido, la colaboración con Akokán y con la Asociación Quisicuaba y su Campamento Agropecuario Punto Naranja, donde tuvo lugar la primera residencia artística convocada por la Bienal de La Habana. 

Jaime Permuth (Guatemala), Quisicuaba (Residencia Punto Naranja).

Al descentralizar las propuestas expositivas y desbordar los espacios tradicionales, la Bienal se volcó a la ciudad, ampliando su radio de influencia y creando alianzas con actores fuera del gremio artístico. Músicos y bailarines, pero también científicos, activistas medioambientales, arquitectos, diseñadores y educadores de las más diversas ramas, se unieron a gestores culturales y artistas que en su conjunto intentaron dibujar un horizonte compartido frente a la crisis actual. Este interés transdisciplinar y colaborativo fue fundamental en el diseño conceptual de esta edición, que continuó apostando por un tipo de arte que desafié los limites entre las manifestaciones y que rete continuamente a los artistas a expandir no solo las fronteras de sus creaciones, sino también el impacto que ellas pueden generar en nuestra sociedad.  

Hyacinthe Ouattara (Burkina Faso), Una travesía de la existencia. Exposición Los otros caminos de la seda (Centro de Desarrollo de las Artes Visuales).

Desde propuestas que privilegian el concepto de lo transcultural como lazo comunicacional entre personas de identidades varias o que reescriben el panorama del arte del Caribe a través de la creación hecha por mujeres, hasta aquellas que ponen en valor las microhistorias frente a los grandes relatos o que retoman, desde visiones actualizadas, la vieja discusión entre tradición y contemporaneidad, para volver a tejer los hilos de la historia, la 15 Bienal de La Habana le fue dando forma a un arsenal de respuestas y cuestionamientos frente a los desafíos y transformaciones del panorama artístico y social global.

  1. Tu proyecto curatorial, Estrategias para el buen vivir, plantea una reflexión sobre formas alternativas de habitar y construir comunidad y cómo los artistas pueden aportar nuevas narrativas y modelos de coexistencia. ¿Cómo dialogan las propuestas artísticas seleccionadas con esta visión y qué impacto esperas generar?

Estrategias para el buen vivir retoma la noción ancestral de los pueblos originarios para redefinirla desde entornos particulares, provocando un pensar y un hacer situado, colectivo y solidario que promueva formas alternativas de habitar y construir comunidad. Es importante entender que el “buen vivir”  no es aquí entendido de manera ortodoxa, sino colocado en un horizonte común que emerge a partir de prácticas disímiles pero dialogantes. En este contexto, el arte se convirtió en un vehículo para explorar las múltiples dimensiones de esta cosmovisión y, a través de ellas, reimaginar nuestra relación con el entorno, con los otros y con nosotros mismos. 

Food of War, Graffiti Comestible (Sede del proyecto Akokán en Los Pocitos, Marianao).

La idea nació del interés por darle visibilidad y apoyar el trabajo de dos proyectos que están teniendo un fuerte impacto en sus respectivas zonas de acción: la Asociación Quisicuaba, con sede en el barrio de Los Sitios, en Centro Habana, y el proyecto Akokán, en Los Pocitos, Marianao. Ambos tienen en común el actuar desde zonas desfavorecidas de la ciudad, dirigirse a grupos que sufren cierto grado de marginación a nivel social y ser ejemplo de como las pequeñas acciones colectivas y cotidianas pueden generar cambios significativos en la vida de las personas. Sobre esta base se comenzaron a perfilar una serie de intereses que luego se traducirían en las obras de los artistas invitados. 

El núcleo principal de obras se erigió entorno a procesos de escucha, cuidado y acompañamiento, muy vinculados a la recuperación de la memoria tanto personal como histórica y colectiva. Un ejemplo de ello fue la propuesta del artista Ed Pien (Canadá), quien por diez años ha estado trabajando con un grupo de ancianos del barrio habanero de San Agustín. Con ellos ha logrado forjar una relación profunda, casi familiar, que se traduce en un ensayo audiovisual que indaga en como experimentan el paso del tiempo y la forma en que varían sus recuerdos. Presente: Pasado – Futuro busca generar empatía hacia este nicho poblacional ampliamente invisibilizado dentro de la sociedad contemporánea, recuperando la visión ancestral que considera la vejez como signo de respeto y veneración. Así, el proyecto se erige como un testimonio vivo y en transformación que pone el foco en el sujeto común, dándole valor al microrelato y a la historia individual como vía para conocer y conectar con el territorio. 

Ed Pien (Canadá)_Presente Pasado Futuro (Galería La Moderna).

Esta última idea constituye otro el elemento que unió conceptualmente los distintos proyectos que integraron la propuesta curatorial. Margarita Ariza (Colombia) ha dedicado gran parte de su labor como artista y curadora a investigar lo que ella denomina como “prácticas de la persistencia”. Reinos de Calabar. El que no tiene de Congo tiene de Carabalí es una propuesta que desarrolló en colaboración con el cineasta y educador Sebastian Wiedemann (Colombia) y el artista multidisciplinar Yornel Martínez (Cuba), y que le dio continuidad a la exploración entorno a las incidencias de la colonialidad en el surgimiento de prácticas que hoy representan persistencias y procesos comunitarios de carácter solidario. Muy en la cuerda de las artes vivas, el proceso se vivó como un laboratorio de experimentación del cual emergió un archivo de gestos y materialidades encarnadas a través de la corporización de vivencias compartidas, ofrendas y rituales de sanación. 

Margarita Ariza (Colombia) en colaboración con Sebastián Wiedemann (Colombia), Yornel Martínez (Cuba) y Akokán), Reinos de Calabar. El que no tiene de Congo tiene de Carabali.

La práctica de Ariza se enclava dentro de lo que podríamos denominar como pedagogías afectivas: experiencias educativas profundas, donde la formación pasa por los cuerpos  y entra  en diálogo con las individualidades, convirtiéndose en una herramienta capaz de impulsar cambios a nivel colectivo y comunitario. La Escuela Experimental de Arte (EAT) (Honduras), como plataforma colectiva impulsada por artistas-educadores, tiene una amplia experiencia desarrollando proyectos autogestionadas de mediación, creación e investigación desde perspectivas educativas no formales. Basados en este perfil, se les invitó a trabajar en colaboración con los chicos de la Escuela de Oficios Hermanos Amejeira que se encuentra en las cercanías de la sede de la Asociación Quisicuaba. El trabajo con ellos se centró principalmente en el auto reconocimiento y el reconocimiento del otro, como un modo de establecer formas de cooperación basadas en la solidaridad y la empatía. Para ello, se les invitó a realizar una descripción de sus pares a partir de un relato personal anónimo, elaborado por cada participante, en el cual comentaron sobre sus intereses, deseos, temores y perspectivas personales y profesionales futuras.

La Escuela Experimental de Arte (EAT) (Honduras)_Escuela Inmaterial.

Un enfoque similar defiende el Colectivo Interferencia-co.net (Colombia) con su Glosario de Términos { . . . para la vida…} el cual se construye desde la perspectiva de la pedagogía de paz y la salvaguardia de la memoria de las víctimas del conflicto armado colombiano.  En este glosario, personas o grupos traducen, desde sus praxis cotidianas, términos como solidaridad, autogestión, comunidad, amor eficaz, democracia, perdón… Esta capacidad de enunciación, colocada en voces marginadas, pone en tensión los discursos hegemónicos para crear una contranarrativa que se enfoca tanto en el componente lingüístico, como en el lugar desde el cual es definido el concepto y los intereses e ideologías que lo sustentan.    

Bienal Habana, 2025

Los videos del glosario poseen una condición netamente práctica que se manifiesta en las estrategias de mediación in situ que desarrollan los artistas con grupos específicos para la construcción de una ciudadanía creativa. Del establecimiento de estas comunidades de diálogo para el fomento de un pensamiento autónomo y crítico nace igualmente la propuesta del colectivo multidisciplinario Food of War que en colaboración con Akokán y la gente de Los Pocitos creó un mural comestible en el que no solo se vio representada la identidad cultural y religiosa de la comunidad, sino la impronta del pensamiento ecofeminista y el desarrollo de patios de cultivo y otras experiencias basadas en la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. 

Rosa Naday (Cuba-Estados Unidos), Salvar el planeta ¿Cómo?

En esta cuerda se movió también el proyecto de Rosa Naday (Cuba- Estados Unidos) con su carrito de gráfica callejera convertido en un espacio lúdico donde convergieron arte y educación ambiental. Salvar el planeta ¿Cómo? Se hizo presente en diferentes espacios de la capital y continuará su periplo por otras ciudades del país para darle continuidad a esa idea de una Bienal expandida temporal y geográficamente.  Con una metodología similar, Moisés Aragón (Cuba- Estados Unidos), desarrolló Costura Nómada, una estación textil móvil en la que se confeccionaban tote bags hechas con telas recicladas para todo aquel que tuviera el tiempo de acompañar al artista en su proceso creativo. 

Moises Aragón (Cuba-Estados Unidos), Costura Nómada.

Moises Aragón (Cuba-Estados Unidos), Costura Nómada.

Interactuando y entrecruzándose con estas líneas temáticas y conceptuales se desarrollaron también otros tantos proyectos igualmente significativos que respondieron a este interés por reimaginar nuevas formas de crear y convivir juntos en este horizonte compartido que fue Estrategias para el buen vivir dentro de la Bienal de La Habana: Liberalitas una intervención y acción participativa de curatingpublicspace en colaboración con Nurdin Topham, Ebbe Vollmer y CEM A (Suecia) que tuvo como elemento central la realización de talleres de fermentación y concluyó con la degustación pública y performática de un congrí-sushi; Gráfica Siqueiros (México) un proyecto de reeducación desde la creación gráfica que se desarrolla en tres instituciones penales de Oaxaca;  Decían que eran Brujas una instalación fotográfica de Judith Prat (España) que reivindica el papel de las mujeres y su impronta dentro de la sociedad contemporánea: ¿Quiénes serían las brujas hoy? Artesanas, agricultoras, médicas, investigadoras… También los murales de 44flavours (Alemania) que junto a las fotos de Judith Prat, le dieron vida a las instalaciones del Comedor Social Quisicuaba; Relatos Breves, de Mariella Sola (Chile), que tendrá su propio acápite en esta misma revista y todo los sucedido en la Residencia Punto Naranja, cuyos resultados forman parte de la exposición Expansión 15 que hasta el 16 de mayo puede ser apreciada en el Centro de Arte Contemrporáneo Wifredo Lam.

curatingpublicspace en colaboración con Nurdin Topham, Ebbe Vollmer y CEM A (Suecia), Liberalitas (Intervención en la bodega La Mariposa de Los Sitios).

En resumen, Estrategias para el Buen Vivir fue un llamado a la vez que un reconocimiento a la acción creativa, colectiva y colaborativa; una invitación a construir un mundo más justo, sostenible y humano; un laboratorio para ensayar modelos de comunidad y formas de habitar alternativas y un espacio para imaginar y construir, desde los afectos, un «buen vivir» con todos y para el bien de todos.

  1. En un contexto global de crisis ecológica, social y política, ¿qué papel juega la Bienal como plataforma para repensar el arte y la cultura como agentes de cambio y resistencia?

La Bienal de La Habana ha tenido un impacto significativo en el panorama del arte contemporáneo, especialmente en la visibilización de las voces del Sur Global y en la redefinición de los discursos artísticos dominantes. Desde su creación, en 1984, se ha consolidado como un espacio antihegemónico y decolonial que cuestiona los modelos tradicionales del arte establecidos por los centros de poder cultural. Su carácter periférico y falta de compromiso con el mainstream del arte contemporáneo le brindan una libertad de acción que no está coartada por la dictadura transnacional del dinero. Esta independencia relativa le permite convertirse en una plataforma singular para repensar el arte y la cultura como agentes de cambio y resistencia. 

Yutsil Cruz (México)_Superficies Imaginadas (Fototeca de Cuba).

Al no estar sujeta a las presiones de los grandes poderes políticos y económicos internacionales, la Bienal puede darse el lujo de priorizar el contenido artístico y cultural sobre consideraciones comerciales. Esto facilita una exploración más profunda y auténtica de temas relacionados, por ejemplo, con la justicia social y ambiental. En este contexto, el arte puede tornarse una herramienta poderosa para el cambio social, pero sobre todo para abrir espacios desde los cuales los artistas puedan expandir las fronteras de la creación, así como sus niveles de interacción e influencia en la sociedad. 

Una bienal que transita por las calles, que se mete en las casas, que convierte en coautores de la obra a las personas de a pie, que pone en tensión la perfección del cubo blanco y desliza constantemente las fronteras entre centro y periferia es sin dudas una plataforma única para demostrar el verdadero impacto que el arte puede tener en la vida y los cambios que a través de ella se pueden generar en nuestro actual modelo de desarrollo. 

Recursos adicionales
1. Proyecto “Laboratorio mapa transcultural”. Curador: Yanet Oviedo (Varias sedes en distintos espacios de la ciudad)
2.
Proyecto “La tradición se rompe, pero cuesta”. Museo Nacional de Bellas Artes. Curadores: José Manuel Noceda y Jorge Fernández. https://www.bienalvirtual.cult.cu/7_arteuniversal/index.html
3.
Proyecto “Pequeñas historias sin nombre”. Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam. Curador: Nelson Ramirez de Arellano Conde. https://www.bienalvirtual.cult.cu
3.
Proyecto “Los otros caminos de la seda”. Centro de Desarrollo de las Artes Visuales”. Curador: Yanet Oviedo y Ariel Baró.  https://www.bienalvirtual.cult.cu/2_cdav/index.html 

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