Existen expresiones artísticas que hacen parte de las “culturas populares”, que sin duda son sistemas alternativos de concebir, imaginar y representar el mundo, y siembran reflexiones desde perspectivas complejas que cuestionan las certidumbres sobre los códigos establecidos en el imaginario colectivo para entender lo que es una producción auténtica en el acervo cultural. Estas expresiones pueden funcionar como puntos de reflexión que desestabilizan las jerarquías estéticas y los alcances sociopolíticos en dichas producciones, alterando el régimen simbólico, apuntando al sentido social y bocetando posibles vías de comunicación y cartografías temporales de producciones que trazan y miden los ritmos y los rumbos del quehacer cultural en un contexto.
Entre el 17 de noviembre al 3 de diciembre de 2023, tuvo lugar en el municipio de Tunja-Boyacá, la quincuagésima edición del Festival Internacional de la Cultura de Boyacá, bajo el lema “Territorio sublime”, donde las raíces de lo autóctono y lo ancestral se conjugaron con las fuerzas creativas de los países invitados, para dar lugar a una celebración llena de bailes, sonidos, olores, sabores e imágenes que nutrieron las experiencias de un público expectante frente a la versión 50 del festival. Este año, se rindió un homenaje al gestor y fundador del festival, Gustavo Mateus Cortés, quien falleció el 10 de junio de 2023, reconociendo los paisajes culturales de los boyacenses para entender desde esos “territorios sublimes”, las tradiciones, valores y formas de entender su cultura. En esta ocasión, México, Argentina, España, Chile, Perú, Alemania, Bolivia, Polonia, Venezuela, Ecuador, Francia, Hungría, Cuba, Irlanda y Finlandia, fueron los países invitados para compartir lo mejor de sus culturas en el territorio boyacense.
Con una programación increíblemente diversa, el festival ofreció presentaciones de circo, cuentería, teatro, literatura, gastronomía, danza, música, cinematografía, exposiciones de arte y charlas académicas donde se abordaron temas pedagógicos como la importancia del cuidado del patrimonio y la memoria cultural.
En el área de las Artes Plásticas, diversas exposiciones dieron cuenta de la complejidad en la que se mueve el arte en la actualidad, con propuestas que continuaban destacando las cosmogonías populares en el Salón Departamental de Artistas, desde lenguajes que responden a modelos de pensamiento simbólico en procesos personales al concebir el territorio. Además, se presentaron proyectos artísticos donde el medio sonoro, el ambiente y el territorio fueron material importante de producción, como en la propuesta “Geomancias” del artista invitado Jorge Barco; hasta instalaciones monumentales que pusieron en tención el difícil conflicto que se gesta entre la autonomía y la heteronomía que revela unas formas de pensamiento ideológico, donde se arriesga incluso la concordancia entre el medio, el mensaje y el valor de la estética, o trabajos como los de Hernando Velandia donde se cuestionan los imaginarios de poder. Así mismo, se realizó el Primer Salón de Mujeres Artistas que fue concebido como un diálogo entre mujeres artistas de la región con artistas invitadas desde la curaduría.
En el arte urbano, decenas de artistas plasmaron su creatividad en Muzo, la capital mundial de la esmeralda, donde fueron realizadas 19 obras dentro del VII Encuentro Departamental de Muralismo al Occidente de Boyacá. Por su parte, Katherine Castillo & Hender Moreno propusieron una obra para el Colegio Salesiano de Tunja, mientras la artista Ela Rincón hizo el mural “Mujer Territorio” en la Plazoleta de las Nieves que fue entregado al ritmo de las gaitas.
La música fue toda una experiencia que exaltó las emociones dentro del festival. Bajo la coordinación de Fernando Rodríguez, se concibió una programación sin precedentes que tomó como escenarios diversos lugares como la majestuosa Iglesia San Ignacio, ícono representativo de la ciudad, o la Plaza de Bolívar que fue el epicentro de grandes presentaciones con artistas nacionales e internacionales como la Orquesta la 33 con la Filarmónica de Mujeres de Bogotá, Tambores de Toto, Ensamble Tango, el dúo Femina de Argentina, el Trio Bartok, la Estudiantina del Altiplano Cundiboyacense del Ministerio de Cultura, la Orquesta de Cámara bajo la dirección de Stanley De Rusha; además de una Franja Especial de Rock donde destacó Andrés Muñoz (Subcantante), y muchos artistas más.
En la danza, grupos de bailes folclóricos y experimentales hicieron gala de presentaciones que dejaron a los espectadores con el corazón lleno de entusiasmo. Entre la programación, se apreciaron las presentaciones de la Compañía Danzas Cantaclaro de Venezuela, Corporación Corcuma Tame Arauca, Corporación Folclórica Trietnia Ciénaga Magdalena, Ballet Folclórico de Morelia, Danza Internacional de Medellín y otras.
Este año, las interminables filas para las obras de teatro, dejaron claro que el público sí está interesado en apreciar significativas producciones de la dramaturgia, así como de cuentearía y shows circenses. Entre los grupos de teatro destacados, podemos nombrar al Teatro Experimental de Fontibón, Ubasuca Teatro, Fundación Cultural Teatro Experimental de Boyacá, Amero Mararay, Cuerpo Abierto Teatro, La Pepa del Mamoncillo; así como el Teatro de los Andes de Bolivia, quienes presentaron la obra “Un sol amarillo. Memoria de un temblor”, una conmovedora obra basada en testimonios reales sobre el terremoto que en 1998 dejó decenas de comunidades bolivianas destruidas, y que reflexiona intensamente sobre temas como la tragedia, la corrupción y la capacidad humana para el cambio.
Durante los últimos días, El FIC Boyacá ha sido tema de reflexión tanto por la heterogeneidad de sus programaciones, como por evidenciar algunas tensiones importantes entre el potencial artístico y político de las producciones que vinculan el carácter de lo popular, lo que significa entrar en el ritmo y las metodologías de las industrias culturales, y las tecnologías de comunicación e información que pretendían una disipación de las fronteras entre lo popular, lo “erudito” y lo masivo. El componente académico introdujo el discurso especializado a través de las voces de diferentes ponentes, así como dos foros con 11 investigadores expertos de las provincias de Lengupá, Norte, Occidente, Centro, Tundama y los distritos especiales, esto con el propósito desde las diferentes áreas, así como el área de Patrimonio y Memoria, de reflexionar sobre la grandeza de ese “Territorio sublime”, sus derroteros para tener presente en un festival futuro, sus brechas, así como las fortalezas en cada una de las presentaciones que se llevaron a cabo en la versión 50 de este importante festival.