Tiene una Maestría en Gestión Intercultural (ISIT, PARÍS), en la cual desarrolló proyectos de investigación colectiva y consultoría sobre la creación e implementación de estrategias digitales para marca. Así mismo, hizo un intercambio con la Universidad de Connecticut (EE. UU.) donde realizó cursos de Feminismos globales, Literatura del Holocausto, y Relaciones Internacionales. Actualmente se desempeña como International Mens Press Officer – GIVENCHY, apoyando la elaboración de estrategias de relaciones públicas para medios impresos y digitales.

Conversamos con esta visionaria publicista, y esto fue lo que nos contó sobre sus inicios y su vida en el mundo de la alta costura:

REVISTA EXCLAMA: Cuéntanos sobre los inicios de tu carrera, cuándo o cómo tomaste la decisión de hacer parte del mundo de la comunicación y las relaciones públicas.

ÁNGELA SERRANO: Al crecer no tenía una idea precisa de lo que quería estudiar. Me imaginaba a veces como abogada, otras como astrónoma e incluso… ¡Enóloga! Pero cuando llegó el momento de decidir, lo que más me llamaba la atención, eran los idiomas. Mi abuela, una de mis personas favoritas, había tenido una carrera brillante como intérprete de conferencia, y mi tía le siguió. Como estuve expuesta desde muy pequeña a la biculturalidad, francesa y colombiana y aprendí inglés jugando con mis hermanos. para mí fue finalmente lógico, y me dije “creo que por ahí es”. Sin embargo, al llegar a París me dije que finalmente por ahí no era tanto y decidí más bien ampliar y explorar la interculturalidad y la comunicación – y terminé trabajando en Relaciones Públicas en moda.

R.E: ¿Fue difícil salir del país y hacer tu vida en otro lugar?

A.S: Siempre soñé con hacer mi carrera en Francia. Mi madre y padre se conocieron en París, ambos estudiaron ahí. Otro factor que motivó este trayecto fue el haber estudiado en el Liceo Francés en Bogotá: te forman culturalmente y te preparan a la educación universitaria francesa. Fue así como sentí que el próximo paso para mí era saltar del otro lado del charco. Claro, no todo fue fácil, pero tuve mucha suerte y pude venir a estudiar en una ciudad cosmopolita, mucho más abierta que Bogotá en esa época. Eso me permitió también cuestionarme y afirmarme como persona más fácilmente

R.E: Tienes una preparación bastante significativa, en la cual estudiaste Relaciones Internacionales, varios diplomas y un Máster en management Intercultural. ¿Qué es lo más importante a la hora de trabajar con personas de culturas distintas?

A.S: Lo que más me llamó la atención justamente en ese Máster en Management intercultural, es que no importa cuantos idiomas sepas o cuan abierta de mente te consideres; lo que prima es entender que hay “otras maneras de pensar y hacer las cosas” en función de las diferentes culturas. La clave para mi es la escucha y consideración del otro para poder intercambiar y en caso contrario, encontrar soluciones para llegar a un acuerdo en caso de conflicto.

R.E: ¿Puedes decirnos qué ha sido lo más complejo de tu carrera?

A.S: Al trabajar en relaciones públicas, en mi caso en la moda, uno representa a alguien o una marca ante cierto tipo de personas y para hacerlo bien, se necesita mucha observación. En mi trabajo existe una parte clave de organización de eventos, como los desfiles, para los que se requiere una organización minuciosa y anticipar lo más posible, para que en el DIA D no haya ningún problema. Importantísimo saber quién se la lleva bien con quién, y, sobre todo, ¡quién no se la lleva bien con quien! Más seriamente, ya sea en el aspecto cultural, o en el caso de mi trabajo, en la moda y el lujo, lo complejo es descifrar los códigos del medio, ponerlos en práctica de manera natural y (tratar de ) no dejarse impresionar. Hay que también poder manejar su estrés y poder trabajar mucho a último minuto.

R.E: Cómo ha sido tu experiencia trabajando en un cargo importante como dirigir los medios de prensa para una firma como GIVENCHY.

A.S: Llevo casi 7 años trabajando en GIVENCHY y, que hace parte del grupo LVMH. Para mí ha sido una de las mejores escuelas para trabajar en las relaciones públicas, el lujo y la moda. Cuando empecé estaba en la línea de mujer. Después de tres años se abrió una vacante en la línea hombre y como me llamaba más la atención, la ropa y las revistas “masculinas”, decidí enfocarme en ello. Ha sido una experiencia fantástica: por un lado, significa trabajar en una de las capitales de la moda y del lujo institucionales como París. Es un centro donde se reúnen personas talentosas de todo el mundo y donde, claro, el mercado está más que establecido y tiene una influencia internacional. Pero también tiene esa dimensión abierta al mundo: al trabajar en la sede, se tiene que elaborar y aplicar una estrategia internacional y en donde se tiene que estar en contacto permanente, ya sea con la oficina en Shanghái hasta la de Nueva York.

R.E ¿Algo importante que haya marcado tu carrera?

A.S: Pese a que cada temporada organicemos un desfile, cada vez resulta siendo un momento impresionante: dura unos 25 minutos de “espectáculo / magia” y requiere unas tres semanas de preparaciones como mínimo. El rigor que se necesita en cada profesión, cada etapa para llegar al éxito del evento, la atención a cada detalle es increíble. Y cuando se ve el resultado de todo esto cristalizado en el desfile es una sensación especial, casi onírica. Más aún cuando se ha hecho parte del proceso. Pienso en el último desfile de Hombre y Alta costura de Riccardo Tisci para Givenchy en la recién inaugurada Biblioteca Nacional de Francia de Richelieu, el desfile de alta costura de Clare Waight Keller en homenaje al recién fallecido entonces Hubert de Givenchy en los Archivos de París o incluso un desfile de hombre en una villa tradicional en las afueras de Florencia para el Pitti Uomo. Desde entonces, creo que he desarrollado una pasión por ver (en video claro) diferentes desfiles, ya sean actuales o de archivo… ¡me erizan la piel!

R.E: ¿El mundo del glamour y la alta costura siempre ha llamado tu atención?

A.S: Más que el mundo del glamour y alta costura, siempre me ha gustado la moda de manera general. No sabría explicar qué es lo que me llamaba la atención al principio: diría más como una atracción o curiosidad natural. Al estar en Givenchy, he tenido la suerte de ver piezas excepcionales. Es imposible no apreciar desde el resultado a todo el proceso de diseño y costura. Lo que prefiero es cuando una pieza o silueta aparenta ser muy sencilla a la vista, pero uno se acerca, descubrir un sinnúmero de detalles que revelan el trabajo y talento increíble que hay detrás.

R.E: Al estar rodeada de todo ese mundo lleno de glamour y alta costura, has logrado tener un concepto sobre belleza. ¿Cómo definiría Ángela Serrano la Belleza?

A.S: En lo que refiere a la belleza humana, me gusta salirme de los estándares dictados por la/nuestra sociedad. Más que unos códigos físicos (tales como la altura, forma de cuerpo e incluso a veces color de piel) creo que la belleza de una persona se mide más por su actitud y como se refleja en su mirada. Y su energía como un todo. La belleza de una pieza textil o un accesorio de moda, sería una pieza que toma tiempo, más aún si es elaborada con una técnica tradicional (o ancestral) y que lleve un mensaje o nos sorprenda, nos cuestione.

R.E: Con tu experiencia, ¿cuál es tu visión sobre la función de los medios en la actualidad?

A.S: En mi opinión estamos en un periodo de transición en lo que refiere a los medios en moda. Antes, las revistas eran las referentes para el público y admiradores de las últimas tendencias. Por otro lado, las grandes marcas y diseñadores lo daban todo para tener buenas reseñas de sus últimas colecciones. Eran las que decidían las reglas del juego. Tuve la oportunidad de trabajar en una agencia de publicidad durante 4 años, en los que representamos revistas de moda independientes (como Self Service) y encontrábamos marcas que quisieran asociarse con las revistas, ya sea en una simple publicidad, o en proyectos editoriales. Estas revistas son muy influyentes en términos de imagen para los profesionales de la moda, de diseñadores, estilistas e incluso para revistas más populares como Vogue. Con la llegada y la democratización de internet, la prensa popular pierde poco a poco su influencia y seguidores, por lo cual trata de adaptarse creando ediciones digitales y a un mercado donde llegan nuevos actos de influencia: las personas, actrices de entretenimiento o celebriteis, y los creadores de contenido en redes sociales o influencers.

R.E: Para cerrar, ¿crees que la moda puede transformar el mudo?

A.S: Claro, a mi manera de ver, la moda no solo transforma, sino que acompaña grandes evoluciones y cambios en el mundo: en la época de la primera guerra mundial, las mujeres tenían que trabajar en las fábricas y, por lo tanto, pudieron ponerse pantalones, uniformes. La revolución de la minifalda, el afro y el look black panthers… Visto que la industria de la moda tiene grandes repercusiones en el medio ambiente y el trabajo forzado, es importante que como consumidores nos preguntemos de dónde viene la ropa que nos ponemos. Deberíamos tener más presente este reflejo, más común cuando se trata de aplicarlo a la comida, y exigir transparencia en todas las etapas de concepción de una prenda hasta el final de ciclo de vida de la prenda: ¿se puede reutilizar? ¿Se puede reciclar? Afortunadamente, siento que eso está cambiando, empezando las generaciones más jóvenes quienes integran estas problemáticas de manera natural en su trabajo. Se refleja en las marcas de moda eco-responsables y en el mundo asociativo en expansión, como el colectivo Fashion Revolution.

El próximo paso sería tal vez tratar de consumir menos, mejor y valorando lo local.