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APOYA

TILDA SWINTON


Norman Jean Roy

PERSONAJE
Tim Walker

Tilda posee una inteligencia afilada y una sensibilidad sostenida. No es una actriz, ni nunca ha intentado serlo, es una coautora de sus interpretaciones, una performer desde siempre. Consciente de que su existencia se desenvuelve en los márgenes de la experiencia común del actor, disfruta del período de planificación donde se abre todo lo que una película puede ser. Su estilo andrógino, ecléctico y fluido la han convertido en una presencia imposible de ignorar. La moda hace parte de su vida casi de manera natural, y como en todo, está atravesada por la admiración y la amistad hacia los diseñadores y directores de casas de moda. Siempre la veremos llegar a los festivales de cine con prendas fabulosas de Haider Ackermann, Iris Van Herpen o Karl Lagerfeld, sus grandes amigos, o participar en los arriesgados editoriales del fotógrafo Tim Walker.

ORIGEN

Wittgenstein (1993). Morag Ross

Katherine Mathilda Swinton nació el 5 de noviembre de 1960 en Londres, en el seno de una familia escocesa con un fuerte pasado militar y político. Estudió en internados privados -que detestaba- y en el Murray Edwards College de la Universidad de Cambridge, de donde se graduó en Ciencias Sociales y Políticas y en Literatura Inglesa. Durante esos años se unió a compañías experimentales donde encontró en su cuerpo un medio para extender la escritura hacia el performance. Porque Tilda es sobre lo demás, una autora a quien le interesan las posibilidades de la representación. En 1985 ocurrió el encuentro que definiría esa dimensión de libertad que necesitaba para decidirse por una profesión y una colaboración de nueve años y ocho películas con el artista visual y sacerdote del cine queer británico, Derek Jarman. Películas como The Last of England (1988), Eduardo II (1991) y Wittgenstein (1993) marcarían su forma de ver el trabajo de una actriz.

OBRA

I am Love (2009). Cortesía Magnolia Pictures

El reconocimiento llegó con la adaptación de la novela de Virgina Woolf, Orlando (1992), dirigida por Sally Potter. En donde un personaje andrógino inmortal, pasa de ser hombre a mujer con la misma fluidez que sortea el tiempo. Desde entonces, las elecciones de sus papeles estarían determinadas por el interés que le despertara un director, que siempre era más fuerte que la atracción por sus películas. Y con esa determinación y siempre desde los lazos de amistad, ha trabajado junto a algunos de los directores más reconocidos del mundo: Jim Jarmush, Béla Tarr, Wes Anderson, Bong Joon-ho, Los hermanos Cohen, Apichatpong Weerasethakul y Pedro Almodóvar le han permitido continuar con su particular exploración de la interpretación. De su colaboración con Jim Jarmusch, resultó el drama vampírico Only Lovers Left Alive (2013), esa metáfora melancólica del artista, que eterno, no puede morir ni vivir en un mundo que ya no es fértil para la poesía. Con Luca Guadagnino, en Sono L’amore (2009) y Suspiria (2019), Tilda extendió las posibilidades de la multiplicidad de máscaras. Y también se ha transformado físicamente para las películas de Wes Anderson o de Bong Joon-ho. Pero Julia (2008) de Erick Zonca, es probablemente el mejor papel de su carrera. En el 2019 filmó en Colombia, junto a Weerasethakul, la película Memoria, donde los fantasmas de sonidos romper el cráneo. Y su último cortometraje se titula La Voz Humana (2020), junto a Pedro Almodóvar, que parte del monólogo de Cocteau al que tantas vueltas le ha dado al director español y donde interpreta una actriz perturbada en un frenesí de bloques de color, y dignidad. Pronto la veremos nuevamente en una película íntima y fascinante dirigida por Joanna Hogg.

MANIFIESTO

Only Lovers Left Alive (2013). Sandro Kopp
Durante su paso como invitada especial al FICCI 2018, cuya una línea curatorial (que en esos años sí tenía dirección, y una programación arriesgada y amplia) hablaba de la belleza y la monstruosidad, Tilda dijo en una entrevista para la Revista ARCADIA: “Yo soy un monstruo, y soy también una amante de los monstruos. El concepto de “normalidad” me resulta muy extraño, no conozco un alma en el mundo que pueda decir honestamente que sabe que es normal. Pienso que todos saben que son raros. Es la naturaleza de la condición humana. Me duele la frecuencia con que la sociedad y los individuos dentro de esa sociedad pretenden no saber lo que es ser raro. O que no saben lo que es ser extraño, o ser un monstruo (…)” Fantástica. En otra entrevista con Vogue de hace unos pocos meses decía “Tengo muy claro que lo queer tiene que ver, al menos para mí, con la sensibilidad. Siempre me he sentido queer, antes buscaba mi circo queer y lo he encontrado. Y habiéndolo encontrado, se convirtió en mi mundo. Ahora tengo una familia con Wes Anderson, tengo una familia con Bong Joon-ho, tengo una familia con Jim Jarmusch, tengo una familia con Luca Guadagnino, con Lynne Ramsay, con Joanna Hogg”.

REFERENTES

Memoria (2019). El Piano

Tilda posee un espíritu inquieto y una avidez por el conocimiento. Sus referentes son múltiples, parecen infinitos. La literatura, la filosofía, la moda, la política, el psicoanálisis, la poesía, el cine, su abuela como ímpetu y por supuesto el arte. Ningún campo le ha sido negado, y ha construido una relación con la vida también desde el deseo, la imaginación y la curiosidad. La escritura, su pasión abandonada por el desencanto con la academia, ha estado regresando de a pocos a través de ensayos y un posible guión. Su entrada al cine fue resultado de la extensión del arte visual, pero todo el espectro de las artes son su mundo. Quizás Jarman fue su más importante referente, pero se encuentra junto a otros directores que alimentan su fascinación: Ozu, Lang, Zulawski, Cocteau, Fellini.

TERRITORIOS


Hong Jang Hyun

“To Inverness and the North”. Swinton siempre ha seguido el invierno y el norte. A pesar de haber nacido en Londres, y de vivir por largas temporadas allí, su voluntad siempre ha estado más cerca de las montañas escocesas de sus antepasados. En las Tierras Altas de Escocia, junto al mar, con su familia, sus perros y un huerto. Y alejada del centro de atención, aunque no pueda evitar serlo. Cuando viaja, aprovecha frenéticamente todos los encuentros, los preciado de las nuevas experiencias, la vida. Pero procura tener estancias cortas y regresar a casa en cuanto puede, donde establece las reglas de su libertad sosegada.