Cambiando esquemas de la moda en los 90 y dejando un legado para la industria, Helmut Lang (1956, Viena, Austria) siempre estará presente. Cuando tenía 4 años viajó a los Alpes austriacos a vivir con su abuelo a causa de la separación de sus padres. Su abuelo, un zapatero arraigado a las montañas, le transmitió el oficio a Lang, que años más tarde transformaría en una gran labor.
Sin embargo no siempre vivió en los Alpes. Regresó a Viena cuando tenía 10 años a vivir con su padre, y a su mayoría de edad, se volvió a mudar para hacer sus estudios empresariales, pero siempre con un enfoque hacia la moda y el arte del diseño de prendas de vestir. A los pocos años, Lang abrió una sastrería, en la cual sus prendas se volvieron populares en su ciudad natal.
Para Lang no era suficiente. Cerró la sastrería y dos años después (1984) presentó su primera colección en el centro Georges Popidou de París, y desde ese momento su vida se plantaba entre esta ciudad y Nueva York.
En los 90, la moda estaba dando otro giro, el enfoque minimalista se estaba apoderando de la década y diseñadores como Jil Sander, Ann Demeulemeester, Giorgio Armani y por supuesto, Lang, estaban apostando por este estilo. Fue entonces cuando la popularidad de Lang se hizo fuerte, basándose en la utilización de materiales inusuales como plumas, telas metálicas y caucho, con la capacidad de combinar textiles caros con otros más económicos, y de difuminar el límite entre la ropa tradicional para hombres y mujeres. Además, fue el primero en separarse del mundo de las pasarelas con el fin de transmitir sus colecciones a través de internet.
Lo que hizo fue mucho más allá de inventar trajes formales e informales: prendas para vestir todos los días que emitían confianza, concentración y sensualidad. Lang fue el maestro de moda para todos aquellos que habían crecido como punks y ravers, y personas que habían pasado su juventud con camisetas, jeans, parkas y tenis. Antes de Helmut, la industria de la moda no apostaba en este paquete juvenil “anti-moda”. Pero a mediados de la década de los noventa, esta era la multitud que ascendía al poder en las clases creativas: artistas, actores, estilistas, fotógrafos, cineastas, editores, diseñadores gráficos, empresarios, entre otras profesiones que estaban brotando.
Rápidamente, Lang alcanzó reconocimiento mundial, y vestía a Stella Tennant, Kate Moss, Amber Valletta, Linda Evangelista, Naomi Campbell, Kirsten Owen, entre otros íconos del momento.
Lang dejó su sello en 2005 para consumarse en el mundo del arte, trasladándose a East Hampton para seguir creando, pero esta vez de manera más íntima. Realizó su debut en solitario (2008), una retrospectiva de sus obras de arte en Hannover, en el Kestnergesellschaft. La exposición se llamó Alles Gleich Schwer.
Su sello fue rescatado por Link Theory Holdings de Tokio (2006), que gracias a ellos, su nombre y sus productos aún están presentes en el mundo de la moda.