Hablar de la cultura gala sin mencionar la ‘chanson’ francesa es imposible. Este género tuvo su renacimiento a comienzos del siglo XX con Edith Piaf y su esplendor en las décadas de los 50, 60 y 70 con el inolvidable Serge Gainsbourg.
Escrito por: María Fernanda Terán G.
Monsieur G., papá de la encantadora y sensual Charlotte, cautivó al mundo con sus melodías pop elegantes y provocadoras y con su vida, tan escandalosa como divertida, por la que pasaron bellezas de la talla de Brigitte Bardot y Jean Birkin.
Así como Chiara Mastroianni y Carla Bruni, quienes ahora irremediablemente recuerdan al sucesor de Gainsbourg: Benjamin Biolay.
BB, nacido en Villefranche-sur-Saône en 1973, es el nuevo ídolo de la nouvelle chanson francaise. El músico, de estilo desaliñado, ojeras, cigarillo en los labios y traje, es además compositor y productor.
Ese talento lo ha desplegado en producciones repletas de pop, rock, jazz y arreglos intimistas, donde habla de política, amores fugaces, noches de juerga y fama; mejor dicho, de todo lo que un rockstar siempre se vanagloria (¿o se queja?).
El caso es que la figura de Biolay atrae, porque él no es un amateur. De padre clarinetista, se vio atraído desde joven por la música tocando violín y tuba en una orquesta sinfónica. A los 17 años, cambió su gusto clásico por el pop para formar su primera banda.
Desde esos años iría coleccionando sus discos de cabecera, Historie de Mélody Nelson (1971) Serge Gainsbourg, The White Album (1968) The Beatles, What’s Going On (1971) Marvin Gaye y Songs in the Key of Life (1976) Stevie Wonder; y a The Smiths, Joy Division y New Order como sus bandas favoritas.
Con este bagaje, lanzó su primer sencillo en 1996, La révolution, el cual no tuvo éxito. Sin embargo, éste llegó en 2001, con su disco Rose Kennedy. Trabajo al que le siguieron Négatif (2003), Clara et Moi (2004), Home (2004), A L’origine (2005), el súper exitoso Trash YéYé (2007) y la Superbe (2009), última producción de la que se desprende Padam.